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BARNABITAS Y EL ECUMENISMO EN EL SIGLO XIX

BARNABITAS Y EL ECUMENISMO EN EL SIGLO XIX

Con ocasión de la Segunda Semana sobre el Ecumenismo, en nuestro Colegio Seminario Conciliar, deseamos poner en evidencia la figura de varios Barnabitas destacados en el deseo de Jesús que “Que todos sean uno” (Jn 17,21).

La Congregación de los Padres Barnabitas, a través de algunos de sus miembros, han tenido un aporte significativo al movimiento ecuménico durante el siglo XIX. Sembraron a manos llenas sin poder ver el día de la mies. Siguiendo las huellas de Abraham, caminaron “In spe contra spem” (en la esperanza contra la esperanza), la mirada fija hacia el futuro. Ellos no deben ser olvidados, ya que, junto a otros, han puesto las bases y la indicación del camino a recorrer: JUNTOS, OIKOMENE.

P. GREGORIO AGUSTÍN Mª SCHOUVALOF
(San Petersburgo 1804 – París 1859)
APÓSTOL DE LA UNIDAD DE LAS IGLESIAS:

Uno de los espíritus más inquietos y fascinantes que hicieron de su vida un recorrido de conversión hasta descubrir, y como lo relata en su libro autobiografíco: “Mi conversión y mi vocación”, y que   recuerda mucho a las Confesiones de S. Agustín.

La vida de este conde ruso, capitán de los Húsares del Zar Alejandro Iº, pasada por diferentes experiencias religiosas: materialista-ortodoxa, protestante y católica, fue una búsqueda apasionada de la verdad. Una vida literalmente quemada por una ardiente pasión por el “retorno” de su patria Rusia a la unidad de la Iglesia Católica. Por esto dio origen a la “Asociación de oración a la Virgen Madre de Dios por la unidad de las Iglesias”. Aunque con el lenguaje de entonces por Ecumenismo se entendía “retorno a Roma”, fue un auténtico pionero de este movimiento post Vaticano II, superando una visión previa en que Roma quedaba rígidamente cerrada a toda apertura ecuménica.

Un momentáneo retorno a la religión de su infancia, la ortodoxa, y el contacto con la protestante no le satisfacen, y es así que la convicción de la verdad exige la unidad, lo lleva a entrar en la Iglesia Católica en 1843. Y en 1857 es ordenado sacerdote Barnabita. Dos años después de su ordenación muere murmurando: “recen por Rusia”.

P. CESAR Mª TONDINI
(1835-1907)
“Apóstol de la unidad”


Dos almas gemelas: Schouvaloff se hará barnabita y el joven César Tondini heredará del célebre convertido de la Ortodoxia, su pasión-misión de llevar a Rusia a la Unidad Católica.

César Mª Tondini: erudito, políglota, conferenciante, misionero incansable por los caminos de Europa, apóstol de la Unidad de la Iglesia.

Profeta y pionero carismático, con un ideal muy claro: la «conversión» (así se decía entonces) de las Iglesias Orientales, sobre todo la de Rusia, a la Iglesia Católica. Idea – fuerza que dio sentido a su existencia y quemó literalmente su vida. «Más allá de esto no hay más que la Siberia y el cielo».

Los PP. Schouvaloff y Tondini escriben una de las páginas más luminosas de nuestra Congregación sobre el Ecumenismo y una de las más destacadas de la Historia de los Barnabitas en 1800.

P. PABLO Mª STUB
(1814-1892)
“APÓSTOL DE NORUEGA”

Nace en Bergen, Noruega en 1814. Convertido del Luteranismo por “intercesión de la Virgen”, en 1833 entra en La Congregación de los Barnabitas.

Noviciado en Génova; Teología en Roma; Profesor de Filosofía y renombrado predicador; Superior en cinco comunidades en Italia y en Francia; Provincial de la Provincia Lígure-Piamontesa.

En 1864 Pío IX lo designa para iniciar la fundación de una Misión en las regiones del Norte de Europa. Se realizaba así la… profecía de su maestro de Noviciado en Génova: “Seas muy devoto, trabaja mucho y cuando tengas 50 años, irás misionero a tu tierra” (Noruega).

Los Barnabitas fueron los primeros religiosos en poner pie en tierra escandinava de Noruega y Suecia desde la época de la Reforma.

Desarrolla su actividad en el campo de la formación y cultura religiosa, por medio de una esmerada predicación, de una constante presencia en la prensa y sobre todo en el conocido “Apostolado de Salón”. Se trataba de encuentros sobre temas religiosos en grupos pequeños y homogéneos en locales privados o públicos.

Este apostolado se reveló pronto muy eficaz para desmantelar los enraizados prejuicios sobre el catolicismo. En 1876 tiene la satisfacción de inaugurar en Bergen, su ciudad natal, una espléndida Iglesia dedicada a San Pablo Apóstol de las Gentes y Patrono de la Congregación. Y en Bergen muere, el 13 de Enero de 1892.

La prensa católica y protestante se hace eco de su impresionante actividad y del aprecio del que disfrutaba entre la gente.

P. GIANMARIA MORO
(1827-1904)

Otro barnabita que – juntamente al P. Stub – dejó huellas profundas en la labor ecuménica, fue el P. Gianmaria Moro, natural de Brescia, Italia. Llegaba a las lejanas tierras escandinavas después de una intensa y brillante actividad en Italia y Francia.

La sorprendente facilidad en aprender el idioma del país, la prodigiosa memoria, el trato amable entre la gente, el celo prudente e iluminado lo revelan particularmente apto a crear un clima favorable al “retorno” (así se decía entonces) a la Iglesia católica de los hermanos separados del Norte de Europa.

Con la palabra y la pluma se ganó pronto la admiración, la simpatía y el aprecio tanto de los católicos que de los protestantes.

Destacada y fructuosa fue también su obra en Gefle (entre Uppsala y Estocolmo). Con periódicas charlas se acercó a la clase culta de la pequeña ciudad universitaria. Muchos fueron los “retornos”; la simpatía y la admiración cundió entre los estudiantes y la población protestante.

La parroquia que se creó fue dedicada, como la de Bergen por el P. Stub – al Apóstol San Pablo.

Muere en Mouscron, Bélgica, a los 77 años.

Solía repetir, era su lema habitual: “Dios mío, todo de Ti, todo para Ti”.

VENERABLE CARLOS Mª SCHILLING
(1835-1907)

Nace en 1835 en Cristiania, Oslo, capital de Noruega, en una familia luterana profundamente religiosa.

En 1854  recibe el bautismo, pasando a la Fe Católica en Düsseldorf, Alemania, donde frecuentaba la Academia de Bellas Artes. Huésped de la familia Eitel. En 1868  Padre Moro, que estaba encaminando a la misma meta otros noruegos, lo envió al noviciado de Aubigny, Francia. Aquí profesó los votos solemnes (1872) y finalmente recibió el sacerdocio en 1875.

Padre Stub pensaba que este sacerdote noruego formara parte de una fundación de una sociedad de sacerdotes misioneros para toda Escandinavia. Pero este sueño no se realizó. Schilling, después de una breve estadía en Monza (1880-1887) se establecía con los padres expulsados desde Francia, en Mouscron, en Bélgica, donde había sido fundado un noviciado (1886). Aquí su apostolado se desplegó en un crescendo de obras, de perfección, de vida mortificada. Tanto es así que le conoce como “el santo di Mouscron”.

P. PABLO Mª FUMAGALLI
(Dongo, 1837- Como, 1904)

Ya alumno del Imperial Colegio de Milán, después de pasar un año en la Universidad de Pavía, entró en el Noviciado de Monza, del que pasó en Noviembre de 1857 a París para realizar los estudios Teológicos. Por las singulares dotes oratorias fue orientado hacia la predicación, en la que tuvo muchos éxitos.

En Enero de 1884, por invitación del P. Carlos Moro, entonces Misionero en Suecia, se fue a esa misión: Muy pronto el P. Fumagalli aprendió el sueco y se adquirió entre los mismos protestantes profundas simpatías. Con el esplendor de las interpretaciones musicales, por el mismo dirigidas, atrajo a nuestra Iglesia de Gelfe gran cantidad de gente, obtuvo (en ese tiempo impensable) una Cátedra libre en la Universidad de Upsala y consiguió crearse un magnífico círculo de relaciones, que le hubiesen servido mucho en su ministerio sacerdotal, si no le hubiesen hecho volver a Francia por el mal estado de salud que soportaba.

Una diabetes rebelde lo condujo a la muerte, el 19 de mayo de 1904, a los 67 años.

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