
Este año celebraremos el Día Del Patrimonio de una forma muy especial, utilizando toda la tecnología a nuestro favor para mantenernos en casa, cuidarnos a nosotros, ustedes y nuestras familias. La contingencia ha sido dura, sin embargo, hoy es un día especial y queremos que tal como nos han acompañado en años anteriores con los recorridos presenciales patrimoniales, este 2020 lo puedan hacer en familia y desde el hogar.
RADIO SC: Capítulo #004 – Especial Día del Patrimonio en Casa
Les invitamos a reproducir nuestro capítulo especial del Día del Patrimonio para sorprenderse con algunos datos inesperados de la historia seminarista y también para reflexionar sobre la importancia del patrimonio material e inmaterial.
TOUR LABORATORIO FÍSICA Y ASTRONOMÍA
VISTA 360º MUSEO DE FÍSICA Y ASTRONOMÍA
VISTA 360º TOLOLITO
VISTA 360º PRIMER PISO TOLOLITO
TOUR VIRTUAL PARQUE OBSERVATORIO CERRO MAYU
NUESTRA HISTORIA
En tiempos en que la sociedad tradicional comenzaba a secularizarse, la Iglesia advierte la necesidad de renovar su tarea evangelizadora, pero no contaba con suficientes pastores para llevar a cabo esta tarea. Para enmendar esta situación, se dispuso la construcción de nuevos seminarios para la formación del clero. De esta forma nace nuestro colegio, que fue fundado el 15 de noviembre de 1848, por iniciativa de monseñor Agustín de la Sierra, siendo su primer rector el presbítero Bruno Zavala. En un principio, el establecimiento funcionó en la Calle del Teatro, que en la actualidad es la Calle Brasil. Posteriormente, se traslada a la Calle de la Catedral, que hoy en día se denomina Gregorio Cordovez. Pero al fin el año 1856, gracias a las gestiones realizadas por Monseñor Justo Donoso, se lleva a cabo la compra de un terreno en las faldas del Cerro Santa Lucía (en el mismo espacio que ocupa hoy el colegio). En este sector ya había existido en tiempos coloniales una capilla jesuita, destruida por una incursión de piratas ingleses en 1680. En ese momento, los fondos disponibles sólo permitieron la construcción de un precario establecimiento, que luego sería demolido (con excepción de la iglesia). Finalmente, el año 1869, por obra del arquitecto Roberto Parker, es levantada la actual construcción, de estilo neoclásico.
Ya iniciado el nuevo siglo, en 1904, el clero diocesano, por no contar con el personal suficiente, traspasa la dirección del colegio a la congregación alemana del Verbo Divino. Desde esta época comienza la formación educacional para los jóvenes serenenses, en conjunto con la labor seminarista. En 1939, los padres del Verbo Divino dejan el colegio, lo cual lleva al arzobispo José María Caro a devolver la administración al clero diocesano. Esta situación se mantiene hasta que Monseñor Alfredo Cifuentes, convence al Superior General de la Orden de los Clérigos Regulares de San Pablo -mejor conocidos como Padres Barnabitas- para que acepte la dirección del Seminario Conciliar. A comienzos de 1948, la máxima autoridad barnabita, Padre Idelfonso Clerici, viaja a La Serena para recibirse del establecimiento. Lo acompañaba el padre Pedro Bianchi, quién sería el primer Rector de esta orden en el Seminario Conciliar. Este mismo año, se celebra el primer centenario del colegio, bajo el patrocinio de San Luis Gonzaga, modelo de la juventud cristiana.
Como respuesta al nuevo contexto educacional generado en la década de los ’60, la infraestructura del colegio siguió creciendo. Entre 1977 y 1978 se lleva a cabo la construcción del Observatorio “Tololito” por iniciativa del padre Juan Bautista Picetti, quién ha dedicado su vida a la labor pastoral y científica, traspasando a tantos jóvenes su amor por la Creación. En el año 2006, sería fundado el Observatorio Cerro Mayu, en el Valle del Elqui, como reflejo del interés de nuestro colegio en el desarrollo de la Astrofísica. Un hito de suma importancia se produce en el año 2001, a partir de esta fecha, el colegio comienza a recibir alumnas por vez primera, lo que ha significado un feliz enriquecimiento para la vida seminarista. En el presente, ad portas de alcanzar la venerable cifra de 170 años de historia, los desafíos que se presentan para el Seminario Conciliar no son menores, pero como seminaristas estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos, para honrar el trabajo de quienes nos precedieron. Y como cristianos, estamos dispuestos a ir por aquellos desafíos con alegría y esperanza en el porvenir.